martes, 9 de junio de 2009

Celebremos el día que amanece
Celebremos el día que amanece
sin cautela, sin propósito, sin mordaza;
que se presta en su luz a un hacer claro
a resolver sin trueque el pacto
que la vida en su andar nos trae.
La bondad por la bondad,
metálica tibieza, caridad.
Parte de mí que ya lo es
se celebra también en su frescura;
pureza renovada que supone
celebrar este bautismo en la mañana.
Gloria a los días como hoy
que regalan sin nada a cambio
una magia, una respira,
un café temprano, un alimento.
Escribo en su estela
una nota color de corazón
que traslado con un soplo sonrojado
en el aire de sus manos a ese dios.
Y vuelvo a decir gloria, nuevamente
porque ebcuentro razón en este andar,
mirando los ojos que me miran,
sientiendo el sentir de quien respira
la luz de ese milagro al despertar.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Un poema muy optimista, lleno de fe en la vida y en la esperanza. Me encanta.
Joana

Anónimo dijo...

No puedo entrar en los comentarios de una plegaria lleva la espiga. Creo que refleja muy bien ese viaje definitivo del que nadie puede escapar.
Me quito el sombrero ante vos. Es incleible la facilidad que tienes para plasmar los sentimientos en forma de poema.
Abrazos.
Joana

Anónimo dijo...

Eso es lo que deberiamos hacer siempre, vivir el día. Carpe diem.

F.Cejudo dijo...

Joana:
Más que optimista lo encuentro real y sincero.
Si no se cree en el ser humano, el futuro,la esperanza, y la propia vida, de qué nos sirve vivirla?.

Un abrazo, amiga.

F.Cejudo dijo...

Ciertamente deberíamos, anómino.
Celebrar la luz de un nuevo día es vivir, lo otro, simplemente es pasar las hojas del calencario de nuestra vida.
Carpe Diem.

Un saludo.